La masa enorme, gris, amorfa, llena de humo y tráfico, es el lugar que ve nacer a Blast y Dose (aka las tres calaveras), lugar donde se conocieron como se conocen los que sin hablar se detectan y leen. Mediante mensajes urbanos, como artistas urbanos, entre el código callejero: ganchos, placas, piezas. Ambos se desarrollaron paralelamente en el graffiti clásico desde hace más de diez años, antes al estallido de este movimiento, como si esperaran trabajar esta mancuerna. Esto los hace automáticamente referencia obligada en el lenguaje callejero de esta ciudad. Sin trucos, sin pantallas. Todo está claro. Sus imágenes se encuentran por toda la ciudad de Monterrey y en sus suburbios se pueden trazar un camino-mapa de referencias que nos indiquen una trayectoria con las imágenes que nos han legado, clandestinas y obligadas, al estilo de la pinta callejera. Blast y Dose entregan su compromiso en esta puesta en escena, la vuelta al mantel de lo furtivo: el arte callejero.
Gracias a Tristan Manco por la sección en la que aparece nuestro trabajo en su nuevo libro Street Sketchbook Journeys, son varias paginas con fotos y una pequeña reseña de cada uno.
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12 oct 2010
Guadalupe. Nuevo Leon. Blast : Dose Zenzontle (Falta la foto de lo de Dazer)